Decídete.
Toma la iniciativa.
Ponte en valor.
Ser capaz de pasar a la acción es lo que te hace falta para salir de ese estado en el que te encuentras.
Has esperado demasiado a hacer, lo que tenías pensado, lo que tanto querías y ahora, se ha quedado en el olvido, en el sueño de lo no realizado. Las tareas que se quedan pendientes, en demasiadas ocasiones provocan en el cuerpo una contractura que no desaparece, y duele.
Y entonces, empiezas a preguntarte qué ha pasado.
¿En qué momento dejas que la vida pase por ti, sin que seas consciente de ella?
Si llegas a hacerte esta pregunta, ten cuidado de que no sea demasiado tarde para retomar lo que tengas pendiente. Si haces consciente cada detalle, siempre estás a tiempo.
Por eso, vamos a hacer una cosa. Detente un rato.
Lee este EJERCICIO que es cortito, y luego, hazlo mientras mantienes tus ojos cerrados:
Ponte en una posición cómoda para ti, con la espalda recta. Mejor si puedes con los brazos y pies sin cruzarse. Es decir, simplemente sentado, pisa el suelo y tus manos sobre ambas piernas; o estirado totalmente, con brazos a la par de tus piernas. Sencillo, sin más.
Respira intensamente, por tres veces.
Y sigue respirando tranquilamente, como sea cómodo para ti en este instante. Siente tu cuerpo, y el ir y venir de tu respiración.
Déjate llevar con el aire en el interior ¿sientes que algo te duele? Si es así fíjate en qué y a ver si te dice algo ese dolor.
Sigue respirando por el tiempo que quieras.
Cuando tengas a bien, vuelve a este aquí y ahora.
* Podrás repetirlo siempre que sientas la necesidad de estar en calma contigo, o cuando una situación requiera de tu quietud interior. Te traerá es paz para situarte en ti, en lo que sea mejor para ti. En ti está la respuesta. Podrás hacerla sin pararte tanto, o pararte más, solamente tú, decidirás eso.
Todo lo que haces es decisión tuya.
Habrás podido averiguar si realmente estás haciendo lo que quieres, lo que vibra contigo, en tu interior, o por el contrario, has sentido que algo te está dañando, y lo sabes por dentro.
Si este fuese el caso, entonces, sincérate contigo y presta atención, quizá ha llegado el momento de que mires si has de cambiar algo.
Dar cada paso contigo mismo, desde el sentimiento de tu alma, es la manera de hacer las cosas, y conseguir que sea tu verdad.
Con todo, siempre está en ti cada una de las decisiones a tomar. Por más que creas que no depende de ti, que no puedes, que no tienes tiempo o incluso que es cuestión de la familia a la que atender… deja de engañarte y sé honesto con tu interior.
¿Cuál es la verdad de tu corazón?
Decidas lo que decidas, que sea siempre desde tu verdad.
Gracias por ser en ti. El Ser que te habita.
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