Martes, sana tu dolor y deja de sufrir.
Muy buen día. Qué tal te encuentras en este instante. Yo Tengo el café conmigo y sonando de fondo a NAWANG KHECHOG con su álbum KARUNA.
Toma aire para entrar en ti y expira tranquilamente.
Hazlo una vez más y, otra.
Esta es una sencilla manera de calmar tu interior si es que está por otro lado, y puedas así centrarte en lo que necesites, ahora en este ratito nuestro. Pero puedes usarlo siempre que lo consideres, ya verás que si te ayuda.
¿Has decidido qué vas a hacer hoy? Aún hay tiempo, siempre lo hay… aunque cierto que a veces no resulta como lo habíamos pensado.
Yo he tenido alguna que otra variante en esto días, tampoco es algo realmente ajeno a mi, a mi modo de vida. Y menos en los últimos años, desde que he empezado, a tomar las riendas de mi vida, de manera coherente conmigo.
Aunque no lo creas, antes daba por hecho que me amaba pero, quedaba bien lejos de esa realidad.
Han pasado muchos años desde que empecé a caminar por senderos de crecimiento personal, en realidad es desde siempre que siento una complejidad interna que, ni yo misma me entendía.
Sucedía que lo que aparentemente era lo obvio para mi y las circunstancias, de pronto se convertía en lo más ajeno al mundo, a lo que me enseñaban, con lo que me iba alejando de mi propósito de vida. Así era mi mundo exterior, ajeno a mis sentimientos y creencias. Mientras tanto, mi mundo interno permanecía en este ir y venir de la necesidad de ayudar a otros, sin importar lugares.
Desde bien pequeña mi sentimiento, más allá de mis reacciones o hechos, era ese.
También lo acompañaba la parte creativa en la que el color, los dibujos entre luces y sombras y las letras como poesía, se traducían a modo de mi expresión, esa era mi manera de comunicar, que permanece en el presente.
Por lo demás, era al completo una tumba, tanto para mis cositas, como para las que otros me hacían llegar.
En alguna ocasión te he contado que la etapa de infancia, para mi, está nublada. Hay una en concreto que lo ha estado mucho.
Tengo recuerdos y detalles de mis años infantiles pero, algunos de ellos ya nacen tras un intento de recordar porque alguien me contó y provocó ese estadio en mi al contarme cómo era yo en el cole y cosillas que habíamos hecho esos años.
Por mi parte tengo recuerdos, algunos nada bonitos y, lo más rosa a lo que se asemejan, es al color de lo que en su tiempo era mi habitación, empapelada de un estampado en tonos rosas y, el conjunto con cortinas, colcha y cojines en similares tonos también. Entre ese mundo se mezcla intensamente una etapa tan negra, como el propio color que, sin más, es la ausencia de luz…
Así se traduce ese tiempo de mi vida, cuando la niña se transforma en mujer.
Días que no cesan, transformándose en infernales noches que parecen jamás llegar a su fin. Un duro año en que, el rojo de la Diosa junto con el rosa de la Dicha, se oscurecen por siempre en un sin sentido que, dejará tras de sí, solamente pasados años, y no pocos ciertamente.
Cuando eres niño, ya sea de un sexo u otro, nada tiene que ver, al menos no le encuentro diferencia más que un todo lleno de similitudes, eres un canal abierto a la luz, a la dicha, a la felicidad que puede ser o no.
La vida nos trae experiencias que nos ayudan a ser quienes somos. Para poder con ellas es necesario ser consciente de Todo lo que nos sucede y, tras ese paso, sanarlo.
Perdonarnos.
Quizá en tu infancia has sufrido también situaciones en las que has creído ser Culpable de ello, creíste que lo que te sucedió fue porque así lo provocaste, porque eras malo, porque eras ingenuo, porque te lo merecías….
Seguramente has pensado tantas cosas de ti, que te han llevado a profundizar ese sentimiento de humillación por tu parte, hacia ti. ¿Es así?
Desde luego que en mi caso, de corazón te cuento, que sí, fue así.
Durante años he ocultado de tal modo las experiencias que durante la época de 7 º de EGB me sucedieron, que pasado el tiempo, ya de adulta, no entendía por qué mi vida era de ese modo, por qué yo era como era.
¿Por qué? ¿Qué me pasa? Me preguntaba tantas veces algo así…
Fue hasta que ya estaba por los 19 años que hice consciente parte de lo que me había pasado. Lo había estado sepultando en mi y no lo sabía. Por fin mi corazón se abría al duro tiempo de abusos que había sufrido tiempo atrás por alguien, que en la familia era como otro padre, esa persona supuestamente responsable en la que mis padres habían confiado como esa familia donde yo podría permanecer en su ausencia y seguir con mis tareas del cole.
Y sí, indistintamente de la edad, una va cambiando, aprendiendo y sobre todo, protegiéndose a sí misma. Se va haciendo fuerte y valiente para afrontar el día a día y las circunstancias, aunque no entienda qué sucede, ni conozca los motivos, sabe que tiene que salir de ahí.
De verdad te digo que sé muy bien que, no es fácil afrontar ciertas circunstancias, y menos aún cuando te callas, cuando no cuentas qué te sucede, buscas excusas, ideas para no dañar a quién te está dañando, ni para provocar más dolor a quién por necesidades tal vez, te dejó a expensas de esa situación.
Con todo, sí se puede salir, sanarte, y perdonar.
Sí se consigue abandonar una encrucijada cuando quieres de verdad hacerlo.
Del dolor te puedes desprender, del sufrimiento también, has de hacer consciente el apego que le tienes y dejarlo ir.
Durante mucho tiempo, creí que era culpable de tanto que, he ido repitiendo patrones similares a ese durante más de esta media vida que llevo encarnada. Créeme que he estado bien abajo, en el subsuelo de la autoestima, de la fuerza vital que se necesita para vivir. Mi presente se traduce en Luz si, y por ello doy gracias cada día, pero también lo hago agradeciendo a las sombras que pedí existiesen y, que me han permitido este aquí.
Siempre he sentido conmigo, dentro de mi, que había algo grande, una fuerza mayor que me acompañaba, pero por alguna razón u otra, no le hacía demasiado caso ni tampoco a mi intuición que me avisaba siempre, por eso las lecciones se me iban sumando cada vez más, siendo más intensas y duras.
Para que sepas que SÍ SE PUEDE, que TODO ES POSIBLE, es que hoy te escribo esto.
Te cuento que estoy desde el coche. Mi oficina está en el asiento de atrás, en un parking al aire libre mientras el sol me acompaña y aire fresco hace que la brisa sea leve en mis pies descalzos y desnudos sobre el asiento y, también bajo la influencia de la música que suena aleatoriamente en el teléfono.
Este apartado de Mi Presente Continuo se ha convertido, el solito por decisión propia incluso, en un contarte mi experiencia de vida desde la perspectiva que, si bien fluye sola, es real como yo misma existo.
Solamente quiero compartir contigo y, regalarte el recuerdo de la Magia que tienes.
Para decirte que si yo he podido, también tú puedes salir de todo cuanto quieras. Tienes la Luz, el Poder, el Valor que necesitas en todo momento, has de Creer en ti y saber que Dios, la Fuente, la Luz es en ti.
Llames como llames al PadreMadre, no te excuses para decirte que esto no es para ti, Tú Sí Puedes. Siempre estás acompañando, aún aparentemente, estando solo. Pon tu mano en tu corazón, tal un abrazo sintieses y Pide ayuda, tus pedidos serán escuchados, y la recibirás.
Siempre enAmor Agradecida, AsunAdá
@asunada