Cuando el mundo tiene un rumbo, puedes ir en un aparente sentido contrario.
Y es que nada, es como parece ser, o hacemos que parezca.
En ocasiones la única solución la encontramos directamente por la sentencia del cuerpo, que podríamos decir, cansado de nosotros, de nuestro comportamiento, decide dar el paso necesario en ese instante. El que nos conviene, indistintamente de si lo quieres o de si crees que no es un buen momento para ti, la decisión ya no depende de ti.
En tus manos está ese tomar las riendas de tu vida, sí, a diario y en todo lo que haga referencia a ello, hasta lo más pequeñito. Toda experiencia importa y por ello también cada decisión.
Resulta algo así como las enfermedades, que nos avisan de qué está sucediendo con notros, aunque desconozcamos el camino. El cuerpo toma conciencia de tu necesidades para hacerte ver cuál es tu lugar.
¿Reconoces los avisos que te da, o solo dejas que la enfermedad haga su apariencia?
Puedes sentirte uno con lo que te suceda y tratar de ver más allá, hacerte consciente de qué te muestra y aceptar el estado con ella hacia la solución, o por el contrario, puedes seguir ajeno a la voz de tu cuerpo sin intentar nada más que seguir las indicaciones del médico sin recapacitar con tu interior.
En muchos casos ambas parte han de ir de la mano, tanto el médico, los fármacos y esas necesidades pero, ante todo, has de tener presente el menaje que pueda estar tras de las dolencias, puesto que no son simples hechos, sino el conjunto de tu realidad.
Mensaje Espiritual Canalizado por Asun Adá ૐGracias por compartir sin modificar #enAmor
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