Decías que querías tener tiempo para ti. Te repetias en tu bulliciosa mente que querías al menos, un momento al día para estar contigo, incluso que ya ni leías como antes, cuando te enfrascabas bajo la manta entre libros interminables y recordabas con añoranza.


Hace tiempo que echas de menos, mucho, y te has permitido el conformarte con nada. Con el simple hecho de dejarte llevar entre la gente que a tu alrededor te arrastran en el oleaje de lo que se espera y pretende seas.


En nada te acordarás de las tardes tras la ventana observando la calle vacía, mientras te tomabas el café en el silencio de tus pensamientos, de tu calmada mente que logró encontrar la salida a una situación que se vislumbraba compleja e incluso extrema por tantos momentos y, se produjo un cambio radical que con todo lo que aparentaba, resultó que lograste encontrar tu espacio.

Has conseguido, tras estar en ti, recordar qué te hace feliz y seguir aquello que venía chillando tu corazón.


El mundo se cae para nuestro bien por cada una de las decisiones que hemos ido tomando. Nos avisa y seguimos haciendo oídos sordos al llamado incumpliendo el propósito de estar en nosotros, en el hogar, en nuestro interior.


En respuesta a todas nuestras plegarias la vida nos trae este presente para permitirnos, aún entre todo el maltrato al que sometemos desde hace tanto tiempo a la Tierra, al Planeta, al Universo en sí.

Ellos en su naturaleza humilde se aúnan para darnos una nueva oportunidad de ser conscientes y ver qué estamos haciendo con nosotros mismos, desde el trato a ellos. Tú decides qué quieres hacer.

Siempre enAmor Agradecida ©AsunAdá

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