El arte, existe y se hace valer en todo.
En cada expresión de la vida.
A la vez, el arte de escuchar es uno, con el de tener la oportunidad de expresarse.
Puedes escuchar, y ser escuchado.
Expresarte, incluso aunque no seas capaz de hacerlo en el tiempo concreto en que se te presupone, te escuchen. O al menos que comprendan lo que dices, que puedas explicarte.
Y es que te conceden un tiempo y en él, se te dan todas las circunstancias, incluida la de juzgarte. Esa casi es la primera, tras tus dos primeras palabras, poco más.
Sí, sucede en la vida diaria, como cuando vas al médico.
Eres de las personas que escuchan a otras, con empatía y escucha atenta, pero tal vez tienes ya un mapa mental y eso, echa por la borda todo lo anterior, sin margen a la verdad de quién habla y pretende contarte algo. Con lo que el interlocutor pudiera bloquearse y entonces, nuevos personajes entrarían en el campo de juego.
Cada instante es diferente, es único.
Sin previo aviso, ni conocimientos.
No sabrás cómo es tu reacción, hasta el momento de responder. Solo ahí te verás.
Qué te escuchen, nada tiene que ver con que te comprendan. Ojalá fuese así pero, aun teniendo relación, no sucede. Por más extraño que parezca, rara vez van de la mano, tanto como se desease.
Y aún cuando tienes el aplomo de saber que haces las cosas en su sano juicio, porque eres coherente contigo, y respetuoso con los que te rodean, hay quién no tiene el tiempo para escuchar, ni la capacidad para ello. Bien porque no es el momento, o porque es el instante en que tú, has de recapacitar en las respuestas que recibes ante tus actos.
Es tu tiempo, el que has pedido. Turno de observación interior, de analizar cómo estás, si reconoces quién eres y todo lo que te toca aquí y ahora.
¿Cómo te sientes en este instante?
Y si te digo que tu vida es igual de simple que la mia.
Que tanto tú como yo hemos decidido tener caminos con decisiones complejas para hacer conscientes la sencillez de la propia vida, cuando realmente nos lo paramos a ver, a querer que así sea.
Cierto, podríamos vivir en la miseria más profunda, y lo haríamos con el interior del alma en calma, porque sabemos que la paz es en nosotros, aunque por fuera nos toque comer fideo con salchichas o pan y agua.
Tenemos claro que la felicidad es La Gracia.
Reside en la pureza de nuestro poder interior, algo, que nadie nos puede dar, ni quitar.
Si confías en ti, en esa pureza de que puedes lograrlo, entonces serás capaz de alcanzar cualquier meta que te propongas, siempre sincera con tu alma, resonando en la verdadera y más alta vibración de tu corazón.
Mensaje del Alma canalizado por Asun Adá ૐGracias por compartir la #Canalización sin ser modificada #enAmor Agradecida