Y la pregunta que nace en primer lugar es:

¿Sabes bien cuál es tu tierra?

Tras ella, y habiéndo respondido, viene el resto.

Es posible que conozcas con claridad el lugar dónde has nacido. Que reconozcas como opción la tierra en que te encuentras. Que la sientas como tu hogar, y por lo tanto, le des el valor y trato.

Y sí, ahora lo es, mañana tal vez no. 

Tampoco sabías con anterioridad qué sería de ti hoy, ¿verdad? Es posible que hayas hecho algún cambio a lo largo de tu vida.

Se trata, como en otras muchas expresiones, decires y conocimientos que una vez, alguien dió por conocedores y más tarde, otro alguién siguió apostando con fuerza por mantenerlos, así hasta el reconocimiento absoluto.

Quizá un merecimiento como el que tú no tienes, aunque sí lo merezcas. 

Profeta en tu tierra-blogasunada

Ser humano, conlleva tantas experiencias, que todo lo importante habita dentro de ti, y como tal, debiera alimentar precisamente con el amor verdadero de la plenitud personal, para compartirla desde esa experiencia hecha realidad, con el resto que está preparado para recibirla. 

Primero, has de manifestar la abundancia total en tí. 

Es con tu ejemplo, como muestra de ello, lo que abre las puertas que crees seguirán cerradas.

Y no, de poco sirve ser profeta en tierra conocida o ajena, importa Ser y compartir desde el amor incondicional que nos dice, que somos Uno. 


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