Empezar por hacer bien las cosas

Nos hemos dado un tiempo para estar con nosotros, para pensar y hacernos distintas preguntas… para escuchar las respuestas y anotarlas en nuestra libreta.

¿Cómo te has sentido con la primera práctica?

Tal vez eres de las personas que a diario no se conceden este tipo de regalitos de soledad, igual y te ha costado un poco. O por el contrario, has descubierto detalles personales que desconocías, o que habías dejado en el olvido en un tiempo pasado.

 

¿Cómo te fue encontrar el tiempo para ti? ¿Has tenido trabas?

Si has respondido que Sí, escribe qué ha sucedido.

 

Ojalá que disfrutes de estos momentos y los dediques a conocerte, porque son de gran ayuda cuando tenemos dudas de nuestro camino, o sentimos que estamos perdidos.

Hay que tener en cuenta que todo lleva un tiempo, el que decidas, puesto que no siempre se está preparado para dar los pasos que se requieren, son en el momento exacto en que han de darse, ni antes ni más tarde. Por eso que no pretendas correr o ir contracorriente de lo que te dice tu intuición, esa vocecita que en silencio, te recuerda cómo te sientes.

 

Cuando haces lo que haces,

¿qué dirías que es lo que te provoca sentirte feliz?

 

Para llegar a saber qué queremos, o descubrir las respuestas que buscas, toca hacerse las preguntas correctas. Esta sería una buena para descubrir si realmente sabes qué quieres, o partir de la base de qué es lo que te gusta hacer. Porque aquello que haces desde el amor de tu corazón es lo que te concede la libertad.

 

Las ataduras no son una esclavitud, son eslabones necesarios para acceder a nuevos caminos, a senderos que de otro modo no podrías alcanzar, tardarías más, o simplemente las propias experiencias que has vivido serían diferentes y a su vez, te llevarían hacia otros parajes.

Todo es, nada escapa a la existencia.

NO deberías juzgarte constantemente, menos aun sin conocerte sinceramente. 

No logras lo que quieres porque te desconoces, también qué sientes con lo que tienes en ti, y esto sucede porque hasta ahora, no eras consciente de ello, no le ponías ni atención, ni la intención.

 

Haz los deberes. 

Tómate un tiempo para ti, en silencio. Mantente alejada de aquello que pudiera interrumpir esta cita, da igual de quién o de qué se trate, permanece a solas contigo. Mantente por un rato a solas para poder entrar en tu interior.

Elige el momento que te resulte mejor, y sino, tal vez puedas robar horas al sueño, si es que quieres reconocer quién eres y qué quieres.