Sueños y despertares.

Nada tienen que ver, el sueño que te brinda el aliento para seguir, al sueño de lo inalcanzable. Pues aún siendo todo posible, muchas son las circunstancias, también ajenas a nuestra propia persona que son partícipes.
No así a nuestro ser.
Cuando entiendas que la vida son oportunidades, de las que se forma parte, desde uno mismo a todos los seres del entorno a través del tiempo, tu sistema de creencias se reajusta a un nuevo valor. Al personal.
A ese sentir la vida desde la verdad que la envuelve, sin tapujos, alejada del posible sufrimiento que en tantas ocasiones nos hemos causado creyendo que el dolor era el previo paso a este sentimiento y, nada más lejos de la verdad. El dolor aparece para que podamos aprender de y con él.

Por su parte el sufrir nos lo creamos nosotros como un reproche al propio dolor, a la experiencia que nos hace frente y que llega a nuestro encuentro porque necesitamos aprenderla.

Y así, entre experiencias pasan días. Las tantas horas de vida que llevamos en este tiempo, en ocasiones ya de otros y, con indicios de encaminarse a uno nuevo, si acaso, tras este.

Sonriente, desde la plenitud del alma, te digo que vivas y sientas cada instante en que eres, tal y como susurra el latido de tu amado corazón.

Que nadie marque el lugar por el que tengas de ir, por mínima sea la senda a recorrer. Sólo tú como esencia conoces tu camino, recuerda.

 

Canalización 🤲🏻 ©AsunAdá Siempre enAmor Agradecida

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