Se lo merecen siempre, sí. Cada día que pasamos, cada instante que tenemos sería más eficaz si lo agradeciésemos. Estar en paz con uno mismo implica que el orden de nuestro interior sea reflejo en nuestro exterior pero, sin duda alguna lo fundamental es que sintamos ese agradecimiento por la vida.

Y estamos aquí, amén de por haberlo pedido, también porque los que son nuestros padres aceptaron ese compromiso de traernos aquí, indistintamente del trato que hayamos tenido o, lo que realmente suceda en nuestras vidas para con ellos. Tengamos claro que sin ellos no seríamos los seres humanos que ahora, estamos en esta encarnación.

Y por eso quiero agradecer esta oportunidad en esta festividad de San José, y reconocida pues como el Día del Padre. Quiero dar las gracias al que en esta vida permitió y aceptó el que yo formase parte de este clan de almas. Y gracias a él, junto a mi madre claro está, pude nacer donde pretendí, para llevar a cabo mis lecciones en esta nueva experiencia que así quise y perdí.

Hace unos años que ya no está visible en mi caminar y, aunque físicamente no puedo verlo, he sabido que me acompaña. Me siento muy afortunada de saber que me rodean tantos seres queridos que ya no están y que me ayudan cada vez que les pido consuelo. Lo cierto es que mi fortuna es reconocerlos y que, cuando pienso en ellos, sonrío llena de gozo por la Dicha que me llena sabiendo de su Amor.

Así que si eres padre, en esta u otra vida ¡Felicidades! Por ese compromiso que una vez aceptaste para permitir que un Ser de Luz encarnarse lleno de la Divinidad del Amor que simplemente Es. Gracias.

Siempre enAmor Agradecida ©AsunAdá

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