Nos sentamos a esperar. A ver cómo transcurre la vida guiándonos por lo que nos cuentan, sin atrevernos a experimentar el qué sucedería si realmente hiciésemos aquello, con lo que creemos seísmos felices. Somos capaces de sobrevivir por el simple hecho de no romper nuestros propios esquemas.
Y es que cuando dejas que la vida pase sin hacer nada más que permanecer a la espera, sin hacer algo en pro de ella y de ti, te pierdes la vida. Dejas de experimentar y como tal, dejas de aprender, de avanzar, de sanar.
Cada momento tenemos oportunidades, nuevos retos que nos ayudan a lograr metas, nos vamos superando con aprendizajes y si, atreviéndonos a ser. Es grato cuando reconocen qué y cómo haces aquello que muestras pero, cuando eres tu quien se considera, cuando sabe que lo puede hacer y que da lo mejor de sí para conseguirlo, el milagro está ahí, es una realidad como la propia experiencia.
A ti que cada día te niegas tus logros y reconoces los de otros, te digo ¡ya! El amor nace en tí y de ahí se expande, si no eres capaz de amarte y ofrecerte todo el perdón y comprensión que das a otros, nada será sincero.
Siempre enAmor Agradecida ©AsunAdá