Quiso empezar a caminar, pero sus pies simplemente se mantenían quietos. Estaba inmóvil por mas que pensaba en dar un paso. Solo ella podia hacerlo pero, no era capaz. Algo en su interior se lo impedía, y lo desconocía.

Su dolor se hacía poderoso ante el paso de las horas que se daban sin cesar calmadas, pero sin pausa. Resistían constantemente con el tiempo a sus pies, mientras los suyos, permanecían en el mismo estado, a orillas de la sombra que tantas veces, la veía llorar.

Pero ella, cansada de tanta inestabilidad y locura, seguía gritando desde sus adentros que no quería estar así, ya no se permitiría continuar en ese estado de quietud sin logros que sólo le provocaban rabia hacia sí misma sin más que otras glorias. Y aunque no quería el placer del éxito conocido como tal, si pretendía la victoria de la vida plena del plan de vida que una vez, en otro tiempo y plano, decidió alcanzar…

¿Y tú, te das por vencida, o sigues para alcanzar tu Verdad?

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