Vivir la vida personal, desde el modo intransferible que se nos concede, tiene una grandeza. Aporta ese todo que habita en nuestro interior y que nos da la tan ansiada paz y a la vez añorada, que creímos no nos pertenecía. Somos tan afortunados que, muchas veces sin saberlo e inconscientes dejamos de vernos, de sabernos. Damos por sentado lo que en un tiempo nos enseñaron y, nos seguimos sintiendo raros, ajenos, incomprendidos y en definitiva como seres extraños a este propio mundo en que estamos y, nada importa en realidad.
Somos seres plenos que nada han de esperar de otros. Y es que para nada nos hará mejores un reconocimiento ajeno cuando somos nosotros los que ni nos vemos.
Todo tiene infinitos sentidos, vueltas o cómo lo quieras catalogar, si es que necesitas concretar la definición de saber que estás ante un cambio y como tal, tiene momentos de decisiones, con despedidas y también con el hecho de despedirse.
Sea como seas que haces frente al momento, siempre hay un cara y una trasera. Vivir sin esperar algo a cambio hace que seamos libres, que lo sintamos interiormente pues, ser seres en libertad, lo somos desde todos los tiempos. Despertar de lo conocido hasta el ahora, indistintamente de tu tiempo, estado o forma es el camino necesario para creer en ti, reconocerte y avanzar en tu propósito.
¡Sé valiente!
¡Ámate!
¡Amen!
Canalización 🤲🏻 ©AsunAdá Siempre enAmor Agradecida