Y el verbo se hizo visible

Creer que no puedes, se escapa a tu propia esencia.

 

Por más que reniegues de tu poder, él existe en ti, aunque lo dejes a un lado. Aunque lo ignores por completo y le des la credibilidad al poder ajeno, mientras tú te dejas llevar.

 

Es posible, si te sucede esto, que sea causa por algún momento de bajón, de una autoestima inexistente o, que creas que la vida que llevas no es la que mereces… y a ello te respondo que, eres tú quién decide que sea así. 

 

No te gusta escuchar esto, verdad. A mí tampoco me gustaba. 

Me decía que cómo iba a ser yo quién decidiese esas cosas. Hasta que cambié de parecer… 

 

Deja que te diga algo, no estás en lo cierto. 

Sí, eres tú quién lo organiza.  

 

Que no te agrade tu vida, o que estés a disgusto en ella, es el camino que has elegido. Como tal, puedes dar el giro y cambiar esa ruta. 

¿No haces algo parecido cuando te equivocas de calle, volviendo sobre tus pasos, o retomando otra calle, la que es, o la que te lleva a la correcta? 

 

Pues en el caminar de tu existencia pasa lo mismo, has de dar los pasos precisos para estar transitando ese cambio personal que tanto buscas y que no encontrarás, si no te concedes el regalo más sencillo que es la humildad. Esto empieza por el respeto hacia ti.

 

Con tus palabras, nacidas de tus pensamientos, el verbo se hace presente, por eso importa el hecho de prestar atención a tu interior, puesto que es el creador de tu existencia exterior.

 

Comenzamos un mes lleno de vida, y lo hacemos también con esos propósitos que te has estado marcando, y en los que tienes puesto el foco. 

 

¿Preparada para ello, o te falta algún detalle?  

 

A veces, esas minuciosas cosillas que nos repetimos faltan, son interferencias que repetimos para permanecer en el laberinto. Presta atención, que no te engañe tu propia niebla.