Todo está bien, cuando tú lo estás.
Cuando sientes que haces lo correcto, lo que nace de tu interior, entonces las experiencias que vives son claras hacia tí.
En otras ocasiones, puedes sentir que algo va a medias, que te hace dudar, que no estás bien contigo, o al menos no lo estás del todo, como quisieras, y ahí es posible que estés en el juego de la dualidad.
En muchas ocasiones tenemos oportunidades para dar un paso al frente, pero no lo hacemos.
Creemos que el momento es incorrecto, que aún te queda por aclarar ideas, conceptos o salir del bucle en que realmente estás. Y ahí, de manera inconsciente, continúas alimentando a tu ego.
Porque este es el enemigo más persuasivo que tienes cada día, en toda tu existencia. Es de los que no se rinden fácilmente y quiere siempre que todo sea como él quiere, sin excusas ni pretensiones de libertad.
Puedes salir de tu círculo vicioso de postergación haciéndote aliado del ego, reconociendo que él es parte de ti, y que solamente tú puedes silenciarlo.
¿Cómo puedes hacerlo?
Prestando atención a tu cuerpo, a tu mente, para descubrir qué está pasando.
El ego es tu enemigo diario, persuasivo con ganas de que hagas su voluntad.
Necesitas hacerte caso, confiar en ti, en tus instintos, y sí, no creer en él. Escucha a tu interior, tu corazón te saca del miedo, del sufrimiento si se lo permites.
Escúchate.
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