Lo intentas y vuelves nuevamente.
Es un constante que te da fuerza, a la vez que te la quita.
Porque cuando repites o insistes, lo haces porque no has logrado algo que pretendes.
Y sí, es el laberinto que te ayuda a salir, del mismo modo, que te hace profundizar en el dolor.
En el que aceptas como tuyo.

En ocasiones, es posible que tu vida de un paso hacia atrás, y provoque la reacción para que te pares.
Tal vez te haga mirar fuera de ti para observar lo que ves. Para reconocer donde te encuentras.
Para optar con decisión y consciencia a la realidad desde otra visión, desde otra perspectiva.
Porque cuando pones distancia entre quién eres, lo que quieres y lo que haces, puedes ser capaz de obtener la respuesta que tanto se hace esperar en tu caminar.
¿Cómo es tu manera de observar la vida?