En demasiadas ocasiones nos dejamos llevar por el entorno.
Hacemos o dejamos para más tarde bajo la influencia de nuestra mente, de la apetencia que nos dice que tenemos.
Y aunque no lo creas, lo estás decidiendo.
Culpamos a otros por nuestros destinos.
Vas enfocando los pasos según ves qué es lo conveniente en ese momento. Sin pensar en si realmente es lo más acertado para ti.
Sin considerar lo que te hace expandirte y ser quién eres.
Si te das cuenta de que te gustaría ir por otro camino, detente un ratito a visualizar qué te ofrece.
Sé consciente de cuáles son los motivos por los que consideras que se puede tratar de tu verdad y por la que has de cambiar.
Cuando le dedicas tiempo a escuchar a tu interior, puedes sentir si estás en tu lugar.

Hace falta reconocer la valentía para afrontar la realidad que experimentas.
Para salir de aquello en que estás, y no te corresponde, has de mostrarla.
Un paso tras otro, esa es la manera de avanzar.
Despertar para reconocerte.
Por tanto, ten presente que, si resuena en tu corazón, es el camino a seguir.
¿Lo vas a seguir?
Recuerda: primero has de escucharte.