Hay personas con las que el camino resulta especialmente grato transitarlo. 

Hoy, te lo explico con calma, desde mi sentimiento profundo de Ser.

Su calmada esencia es compasiva, y por eso, podemos o no estar de acuerdo en diferentes situaciones o reflexiones, pero el respeto lo es todo. Poder conocer los pensamientos del otro es una oportunidad maravillosa para el propio conociendo y despertar de dónde sea que te encuentres.   

Permitirte sentir, escuchar al corazón, tu intuición, a la voz de tu Alma.

 

La vida es muy valiosa. 

El sencillo gesto de respirar, aunque ciertamente algunas veces nos cuesta incluso hacerlo, se mantiene en eso, en algo simple, a la vez que vital. Debería de ser siempre un fenómeno consciente, hecho desde el saber hacer, tener presente cómo lo llevas a cabo, el tiempo que le concedes, el ritmo. 

Te abre la puerta del conocimiento íntimo, porque te permite descubrir cómo estás. Parece que se trate de una coña pero, haz una práctica y fíjate en cómo respiras. 

¿Cómo es el proceso de inhalar y exhalar que realizas? 

Haz alguna modificación al respecto y descubre cómo cambia tu estado, tu cuerpo puede sentirse diferente si respiras con profundidad, rápidamente o en calma. 

¿Notas los cambios? Según respires, así fluye también el compás de tu día.  

Son muchas las variables y los posibles hechos a tener en cuenta a lo largo de un aburrido instante. 

 

Peregrinos a Compostela, Blog: Seres que comparten amor, canalizado pro Asun Adá

 

Desde mi manera de sentir la experiencia de la vida, considero, que sí, que podemos decidir, aunque también es una labor que nos cuesta hacer, puesto que tener las riendas de la vida, es un compromiso

Conlleva también a la posibilidad de tener que salir de ciertos espacios marcados, una zona de confort conocida, e ir incluso contra las normas aprendidas, o lo que se espera que hagamos… 

 

Y sí, todo esto tiene su precio marcado. 

Porque aunque nos sentimos otros, podemos llegar a hacer lo que dicen que toca hacer, lo que de algún modo corresponde a tener que hacer lo que socialmente se espera que hagas. 

Cuando no te escuchas, haces, sí. Vives, también. Pero en realidad se trata de sobrevivir a las circunstancias, sin permitirte sentir la voz interior de tu alma, la intuición de tu corazón. Sin tomar las riendas de tu vida desde tu verdad. 

 

Por eso sí, creo que podemos decidir… pero ¿lo hacemos? 

También a ti, te mando un abrazo infinito. 

 


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