Centrarte en ti para hacer lo que mejor se te da.
Aquello que nace de tu corazón, desde el perdón.
Parece fácil, y lo es ciertamente, pero no siempre hacemos caso a esos detalles que o chispas de avisos que en ocasiones se traducen en ideas.
Y es que podríamos hablar horas sobre cómo nos comportamos ante los sucesos que, a lo largo de un simple día es.
Porque no, no hace falta tomar demasiada distancia para observar lo que hacemos. Cómo respondemos a otras personas, o mismamente a la sombra que nos acompaña, a nuestro ser humano.

Sí, tal vez nosotras y nosotros compartimos ideas, pero por algún motivo no acabamos de llevar a cabo esos quehaceres que, nos impiden dar los pasos necesarios hacia el regreso de nuestro Hogar.
Haz desde el perdón, lo que nace de tu corazón.
Ser capaz de encontrar el camino es sencillo, has de valerte de cada uno de los detalles que experimentas, para dar esos pasos requeridos.
Nunca dejes de sentir tal y cómo lo haces. El mundo no sería el mismo sin tu compromiso.
Feliz presente.