No eres ni más,
tampoco eres menos,
eres tú
en evolución constante
y sí,
despertando.
Compararse con alguien no tiene sentido alguno.
Siempre se ha de partir de la base de ser La Esencia encarnada para recordar.
Para recordar ciertos episodios y regresar al Hogar.
Y entonces, quizá surja otra pregunta nueva:
¿Cómo poder ser ajenos al Uno, o al propio hermano, si en realidad sois lo mismo?
La respuesta es que Somos parte común que proviene de Dios.
La idea de separación ha hecho que os sintáis solos, separados y es en esos momentos, en los que habéis creído en lo erróneo. Y lo habéis interiorizado como real.
Confiar da fuerza, pero realmente ella ya habita en vosotros.
Se trata del concepto de división, de soledad, lo que hace estar en sufrimiento. Y ese, es el punto al que regresar, para desde ahí, retomar el camino correcto para ti.
Se sabe.
Lo han dicho.
Incluso se ha plasmado.
No es imposible y sí, tiene un proceso y una manera para alcanzar el despertar: El perdón.
Perdonar lo que se cree, para soltar lo que no es real y fluir conscientes de que el propio cuerpo es un medio de este proceso.
Recordar que la esencia pura está en la unidad.
Que no somos uno sin el otro, abarcando todo. Sin especificaciones de géneros o maneras porque eso nos hace regresar al estado de separación.
Hemos aprendido mucho, bien por nuestra cuenta o justamente lo que se pretendía. Cabe la posibilidad de que te mantengas en lo aprendido mediante la senda por la que te han llevado con el propósito de alejarte de ti, de tu interior. Para que dudases de tus capacidades porque estaban en otro nivel, porque no te creías separado. Porque desde tiempos lejanos, existen las conciencias capaces de creer que son superiores a Dios, a la Creación.
Y sí, se ha pretendido que permanecieras ocupado con ideales que no lo son, con el propósito de que te creyeras que no eres un Ser completo, Libre y poderoso capaz de todo. Mientras tanto, te has ido sumiendo en el miedo de creerte nada, temeroso y con infinidad de preguntas que escapan a lo que se contempla como “normal”.
¡Qué más da cómo eres, si eres tú en estado puro!
Perdonar para soltar lo que no es real. Recordar que la esencia pura está en la unidad.
No somos uno sin el otro. El cuerpo es un medio del proceso.
Se nos ha pretendido seguir por una senda en la que se quería apartarnos de la Verdad.
Es tiempo de reconocer quién eres.
Ten claro que tu camino, es el mismo que el de cualquiera. Que el de todos, aunque lo tengan olvidado. Aunque te parezca que están haciendo atrocidades, o malgastando su vida.
Llegarás al momento de recordar que nada es tal como lo ves.
Que todo está en tus pensamientos.
La mente es propagandista y alcanza acuerdos con quien menos te lo esperas.
Disponte a soltar aquello que no te pertenece ya tener más tiempo en ti.
Ábrete a lo nuevo que te encamina hacia tu destino.
Y para lograr todo esto, perdona lo que has vivido, fuese tuyo o lo que has creído que era decisión de otros.
Somos Uno, en Dios.
Las decisiones, provienen de uno…
