Descubrir deidades, en cada ser

Todos somos especiales, somos aquello que marcamos en el otro.

También somos lo que anhelamos, y lo que le recriminamos. 

 

Porque la Divinidad, así con mayúsculas, se encuentra en todo ser y nuestro propósito, es descubrirla. Descubrirnos. 

Cuando puedes llegar a ellos y ver desde el ojo del amor, entonces entras en su interior, en el reflejo de la sabiduría que es posible aún se encuentre oculta. No siempre se despierta al mismo tiempo en que otros ven lo que hay dentro, tampoco tiene por qué despertar cuando uno quiere, y lo logra porque no lo hace desde la verdad de su corazón…

 

Si pides claridad, discernimiento y que aquello que haces sea para Tu Mayor Bien y el de los demás, has dado uno de los importantes pasos, no quiere decir que sea el único o el fundamental, sino uno de ellos. 

 

La Magia de la existencia es tan bonita, como lo eres tú, tu alma, tu esencia, tu propia existencia y experiencia, aunque no logres verlo desde esa perspectiva en que te encuentras. 

Todo es posible por el simple hecho de respetarnos, de amarte. Esa sí es la base para poder entender que todo gira en torno a ese sentir. 

 

El hecho de amar al prójimo, va de la mano si antes, nos hemos entregado a nosotros mismos, ese compartir hacia el otro se produce y alcanzamos ver más allá de lo que a simple vista se puede apreciar. 

 

 

Hacer lo que haces, siendo siempre para Tu Mayor Bien y el de los demás. 

 

Amar la vida es un sentimiento que te llena por dentro.

Hace que sientas que el simple hecho de respirar, es algo por lo que dar las gracias. Y así sucede con el resto de detalles o experiencias de tus días, por más injustas que te puedan parecer.

 

Sonríete cuando te mires al espejo.

Sonríete cuando pienses en algo y porque sí, simplemente quieres darte las gracias. 

Sonríe porque respiras, 

y respira porque sonríes. 

 

Feliz presente, gracias por ser consciente de tu existencia.