Cuando tomas una decisión, si finalmente no estás en calma interna, tómate tiempo para observar qué sucede.
La paz que tienes, o no, dentro, es posible que su motivo esté relacionado con esa decisión. Por eso, si te ocurre algo así, recapacita sobre tu estado y disponte a tomar una nueva decisión.
Porque sí, de igual manera que has tomado una, que te dice que posiblemente estás en un error, la mejor manera para ir hacia tu destino es tomar otro camino.
Dichoso es el instante en que decides, independientemente de los motivos que te lleven a ello.
Aunque todo tiene un proceso, el hecho de que tú seas consciente del tuyo, es suficiente.
En ocasiones nos tomamos las creencias de otros como nuestras, y dejamos de creer en nosotros, lo que hace que nos apartemos del lugar al que nos dirigimos.

Con todo, tal como vamos y volvemos, está en ti el permitirte no creer en nada más que en tu interior. Escuchar la voz que tienes dentro te dirá qué es lo acertado para tí, y qué es lo que se aleja de tu bien.
No pierdas el tiempo donde no tienes que estar.
Agradece cada detalle.
Agradece todo cuanto tienes.
Deja de fijarte en lo que crees te falta y lánzate a la aventura de conocer el mundo, de conocerte a tí.