Añoranza.
Echas de menos lo que no ves, lo que dices no te corresponde y, por supuesto lo que crees no tener.

Y en esas apariencias o pensamientos que tienes, te confundes con ideas ajenas, o con tu propia mente que te dice qué hacer, aunque tú no quieras hacer eso.

¿Y cómo llevarle la contraria a la mente si hasta ahora, siempre habéis ido de la mano?

Tan sencillo como querer que así sea.

Tomar la decisión de hacerlo, y dar ese paso que te lleva al siguiente de decidir por dónde ir, qué camino tomar para que hagas o no lo que quieras realmente hacer.

En tu mano está la decisión de hacerlo, pero el primero de los pasos siempre es decidir, hacerlo y plantarte cara, como para decirle a tu mente: aquí estoy, voy con todo, a por ello.

Céntrate en ti y, ánimo, es tu camino y tus decisiones.

ૐ Gracias por compartir la Canalización sin ser modificada AsunAdá enAmor Agradecida

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.