Haces tareas. Trabajas contigo.

Llevas a cabo labores que a lo largo del día se van desmenuzando, y también acumulando todo lo realizado, porque en ocasiones se suman a lo no hecho. Y tampoco pasa nada.

Creemos que nos damos tiempo. Que si no marcamos objetivos será imposible alcanzar las metas y, no siempre es así. Por que sí, es cierto que si no sabes a dónde ir, tampoco sabrás ni cómo llegar, ni si ya has llegado…

En momentos clave hay que saber cuándo parar, para justamente avanzar.

Cuenta no hacer, y seguro que no te lo permites demasiado al día, pero aun cuando crees no estar haciendo, o te defines como habitar el estado de no o hacer nada, seguro que te sirve para darte cuenta de muchas cosas.

Si te tomas tiempo para ti, y te paras contigo, el cuerpo recapacita y te transfiere información que necesitas. Claro que si no estás dispuesta a escucharlo, de nada sirve.

¿Te enfrentas a los retos de sentirte y escuchar la voz de tu alma? 

Poner en conociendo la propia vida, lo que nos hace sentir y vernos, no siempre es de lo más acertado, porque tal vez no eres capacez de apreciarte.

Hay que saber parar, para avanzar.

Es como cuando estás en el silencio y te resulta incómodo porque no quieres escuchar lo que tu alma te quiere contar.

Ante lo que pueda provocar dolor y terminar en sufrimiento, resulta más sencillo vivir en la ignorancia, mantenerse en el costumbrismo de sea lo que sea, lo conozco. Y por eso te repites: para qué cambiar o salir de mi zona de confort…

Resultado de perder el tiempo-blogasunada

Descubre más desde Asun Adá

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *