El lugar en el que estás, es en el que has de reencontrarte, has llegado.
Todo tiene unos tiempos en los cuales se lleva a cabo la labor de lograr cada proceso.
Aprendemos la teoría pero, no la ponemos en marcha porque para ello hemos de hacer cambios, y nuestras rutinas, por malas que nos resulten, son lo que nos hace creernos lo buenos que somos.
Nos engañamos, para creer que somos libres, y en realidad, nos dejamos llevar por lo que la sociedad, el grupo de políticos, la familia, todo de lo que nos rodeamos decide que es lo correcto, y aquello por donde hemos de ir.
Entonces suceden los contratiempos.
Reconocer el ser que eres, algo que solamente tú puedes hacer.
Algo en ti no acaba de estar del todo adecuado a tu interior.
Te sientes algo o medio feliz, o ni siquiera eso.
Te repites que puedes cambiarlo, pero eres tú con tus decisiones, el que lo deja pasar. Y sí, en cierta manera vas paso a paso, en tu propio camino. Te crees corredor de fondo, pero tus pasitos te hacen ver que realmente apenas eres un aprendiz y, te sientes mal por ello, porque eres un fraude a lo que creías. Suponías tu sabiduría y, se había quedado en nada más que un conocer el entorno, alejándote de totalmente de tu interior.
Sí, te has perdido en el laberinto de tu mente, de tu ego.
Haces caso escaso a tu corazón, cuando él es quién te conoce, pero tú, vas más allá y te olvidas de la verdad, pretendiendo que el mundo te de, lo que no sabes darte. Reconocerte como el ser que eres, solo lo puedes hacer tú, pero eso toma tiempo, soledad, exigencias personales, compromiso e infinito amor hacia ti.
¿Cuándo vas a empezar a confiar en la voz que te habla desde tu interior?
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