El mundo se pone a tus pies.
Realmente, siempre lo ha estado, aunque tal vez no te has dado cuenta nunca.
Si eres del tipo de personas que busca la perfección en todo lo que hace o existe, aunque no acabe de tener claro qué quiere decir eso, entonces he de recordarte que no lo estás haciendo del todo correctamente. Se te olvida que cada quién, experimenta la perfección de un modo diferente.
Pudieras sorprenderte si haces consciencia dándote cuenta de que la vida, es perfecta tal y cómo es, puesto que en ella cohabitan las decisiones y lecciones de cada ser que ha encarnado.
Llegará cada momento que así esté en tu camino, en el tiempo en que lo hagas y te apliques en cada paso que decidas. Al poner la atención necesaria en cada proceso, y dejarte fluir desde tus sentimientos, el universo simplemente resuena contigo, con todos tus cuerpos y estados. Entonces, el resultado de lo que vas creando se manifiesta y eres capaz de ser consciente de lo logrado.
No hagas esperando una recompensa por ello o algo para sentirte bien.
Dedícate a escuchar a tu cuerpo, sentir a tu interior en su voz más sabia. A hacer aquello en lo que sientes que estás plenamente en confianza y te hace saberte feliz.
Olvídate de trabajar con el fin de obtener el reconocimiento externo y céntrate en alcanzar el bienestar personal, será la manera de poder compartirte desde esa plenitud con el mundo y ser verdaderamente tú. Desde ahí, el Todo se rinde a ti, porque sabe que eres y te reconoces.
Es cuestión de tomar decisiones, de dar los pasos precisos y entregarte a ti, a tu esencia con el reconocimiento de tus dones al servicio de la vida.
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