Quizá eres de las personas que sienten apegos, pero también puede ser que te motive la compasión para ayudar a otros seres menos favorecidos que tú.
Ser empático y sentir compasión por las personas que te rodean es algo extraordinario aunque ciertamente, existen los opuestos, quienes se aprovechan de ti.
Es fácil ver comportamientos de ese tipo en la calle, donde te cruzas con personas que, adictas a sus quehaceres, se atreven a pedir y enfadarse cuando no les das lo que piden. Pero en realidad, no son capaces de ponerse al otro lado, en el de esas personas a quién piden, y tampoco pueden pensar en si realmente pueden o no. Su labor es esa y no reparan en cómo llegan a fin de mes o cómo hacen para alimentar a sus familias. Porque en todo, suele ser más fácil mirarse a uno mismo, sin la capacidad de ver al otro.
El compartir lo que uno tiene, es el don más preciado, puesto que ahí está el cómo realmente damos, sin mirar más allá. Pero no siempre es factible hacerlo, la vida son caminos para muchos seres en conjunto, y por más que quieras compartir, quizá ya lo que te queda es eso que necesitas.
Lo curioso de ciertos personajes que a diario seguramente ves, es que sí, están en la calle, viven en ella y se pasan el día haciendo lo que realmente quieren, porque así lo deciden. Además, tienen unos ingresos, por más que pueda parecer lo contrario, superiores a los tuyos, y sus gastos obligados, son inferiores, puesto que su único compromiso es con ellos mismos, sin realmente mirar hacia otro lado que no sea su propio ombligo.
Te preguntas ¿por qué? Pues por el simple hecho de decidir llevar ese camino.
Por más injusto que en ocasiones te pueda parecer lo contrario, la vida te da lo que pides. Y si eres compasivo sabrás de verdad que no es dar sin sentido, pues podría usarse para un uso fraudulento, se desperdicie, se consuman sustancias o se puedan hacer algo fuera de la ley con tu aportación. Por cierto, si fuese el caso, estarías siendo parte, no consciente, de esos procesos.
Sí, también sucede con algunos lugares de inversiones donde no tienes ni idea, de qué hacen con tu dinero mientras se supone te lo guardan, o rentabilizan. Eso también es otro hecho.
Compartir lo que tienes con quienes lo necesitan, sin esperar algo a cambio, es un gran don que has de alimentar siempre que puedas. Feliz día.
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