Vivir a expensas de lo que pueda ser o no.
Esto apenas tiene sentido, si solo alberga dudas y temores a la propia existencia.
Creer que no puedes, y profundizar en ello como si no hubiese un mañana, no te lleva a ningún lado, mucho menos a uno saludable.
Te corresponde vivir cada proceso que has de aprender.
Porque todo pasa por ti.
Eres tú quién ha de vivir, de pasar por cada proceso sin que sirva lo que otra persona ya ha hecho.
La vida son resoluciones individuales, por más que puedas compartir pensamientos, sensaciones y demás, con otras personas.
En estos términos, importa que sea contigo con quien compartas sinceramente todo conocimiento, siempre desde la parte consciente en que te encuentras y de la que te mueve por dentro. Es desde tu espacio personal e íntimo, que puedes averigües qué te trae y aporta esa prueba por la que has de pasas.
¿Qué has aprendido hoy?
Está puede ser una de tantas sencillas cuestiones que puedes hacerte en diversos momentos del día. Te permite poder conocer un poquito más a tu interior, y si aún no lo has hecho, también poder conectar de una manera consciente con tu alma.
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