A veces, cuando nos expresamos en voz alta, nos dejamos llevar por los sentimientos y no hacemos caso en cómo pueden repercutir en los otros.
Seguimos y no hacemos caso más que a nuestra propia existencia y así llegamos incluso a lograr que las sencillas y bellas palabras, causen un daño extremo en quien no siente del mismo modo.
Siendo todos iguales ninguno lo es pues, somos seres en cuerpos físicos en este plano para lograr un objetivo, un fin que desde antes incluso de nacer, tiene ya momentos claves y precisos, con otros por decidir y al fin y al cabo todos dispuestos en el libre albedrío. Esto es algo conocido de lo que hemos hablado otras veces.
Aún así, cuando sabemos que nada recordamos, cuando el mundo parece que se nos cae encima, y contrario incluso a lo que un día pensamos o creímos, nada de lo soñado resulta como en aquel instante antes de encarnar.
Y tras la incertidumbre y el desasosiego de este vivir, por fin logramos despertar.
Siempre enAmor Agradecida ©AsunAdá
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