Aprendemos a respetar, y nos olvidamos de respetarnos.

Cómo podría resultar coherente y sano algo así cuando no sería equitativo en el día a día de la vida conjunta entre nosotros y con otros seres que también habitan.


Tristeza, añoranza o melancolía por lo que no es. Por lo que ha dejado de ser o, por tanto que no hemos hecho pensando que el mañana estaba a la vuelta de la esquina y, no. Ha resultado que no había un después semejante a este tiempo.


Aún sin saber cuando sea el momento en que dejaremos esta encarnación, la libertad de ser es unicamente nuestra responsabilidad.
Es grato saberse con vida entre recuerdos de lo que ha sido, y no de quejas por lo pospuesto sin más que, sigue en el recuerdo de lo no concluido.


Y, entre todo el dolor que nos llega y el sufrimiento que ocasionamos, es un gran regalo la belleza de amar todo momento. Sea desde el placer al respirar, como el sonreír porque sí sin un motivo aparente, como el tacto se un libro, al abrazo con el ser que sientes y entre ambos, os fundís respirando el todo de cada uno que suave e intensamente se desprende en esa unión de no separación.

Sentimos con sentidos sentimientos y nos abrimos a la vivencia que, aún no habiendo sido, ponemos empeño en que si sea y como tal realidad, la experimentamos dando la forma que simplemente, permitimos sea.

Ojalá y tú recuerdo se base en lo aprendido frente a lo experimentado sin anhelo a lo pasado.

Siempre enAmor Agradecida ©AsunAdá


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