Y entonces,
la lluvia se apoderó de su llanto
haciendo, que su calma
se fuese haciendo más y más firme
en su interior.
Aún podía sonreír,
desde su profundo mar de lágrimas
que,
se unía suavemente con el bullicioso
ruido de la caída,
sobre el asfalto,
de la intensa borrasca.
Lo que en un principio le parecía,
un domingo lleno de tristeza, penurias y desazón,
cobró brillo sin dudar ni un instante,
al pensar en viajar,
hacia el lugar
en que apaciguaban sus alas
libres, en el mar.
¡Gracias! Canalización 🤲🏻 ©AsunAdá Siempre enAmor Agradecida
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