Doy gracias por muchas cosas.
Creo que por todas y a la vez, me olvido de otras tantas. Hay instantes en que se me pasa el hecho de pararme a agradecer.
Soy consciente de todo, de detalles, de las muchas cosas que tengo, aunque no sean ciertamente tales a lo que me refiero, como a esos objetos inertes a los que normalmente hacemos referencia, sino al conjunto de todo minúsculo ser que habita cercano o mi Ser.
Soy muy dichosa.
Lo tengo Todo.
Lo que me pueda faltar es justamente, lo que provoco con mis pensamientos de escasez. Lo que genero con mi mente al creer, y lo que va acumulándose con cada uno de esos aprendizajes que llevo dentro.
Así es para mi la experiencia de la vida, yo creo en esto, en que se forja así. A través de las vidas que vamos recorriendo. Los caminos vividos, con cada lección. Todo sumado a las herencias, nada que ver a las palpables en bienes tangibles, sino a las que se experimentan en cuerpos y en el Alma. Porque las herencias se transmiten en las gotas del ADN, dentro de nuestra existencia.
Y tú cómo crees que es la vida, es decir, cómo son para ti los acontecimientos que vives, cuál es tu raíz. ¿Dónde han empezado a surgir tus problemas, y tus alegrías?
Quizá haces alguna vez ese tiempo de pausa mental para centrar tu atención en quién es el culpable de lo que te sucede y, puede ser que ya tengas respuesta.
¿Has dado con su identidad? ¿Quién es?
Una vez que nos hacemos eco de identificar, entonces se generan respuestas.
En ocasiones van acompañadas de nuevas preguntas, puesto que es posible que nada tengan que ver con lo que pensabas. Pero la Magia de la vida es sorprendente y llena de Luz, si estás dispuesto a abrirte paso ante ese mundo de nuevos pasos y acertijos.
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