Nuestro estado, por naturaleza propia es el de Ser Libre.
Sin embargo, nos olvidamos de él e incluso nos parece un estado dentro de un sueño, de una utopía. Nos dejamos ir en manos de extraños que aún siendo nuestros propios padres, no quieren muchas veces más, que seamos felices bajo los criterios de una sociedad que no nos representa, acobardados en un ser lo que se pretende que hemos de ser, para no oír el temido … qué dirán.
Acatamos situaciones y modos en los que se nos dice qué es normal y que no lo es.
Nos dejamos engañar por unas normas que van contra la propia esencia del ser humano basadas en la separación, en el juzgar a quién tenemos delante por el hecho de pensar de otro modo, de ver la vida, de sentir las experiencias, por no buscar expectativas o, por el simple hecho de ser feliz.
Uno alcanza el grado de consciencia con su modo de vivir, de ir decidiendo y elegir sus respuestas. Y es la luz se desprende y comparte a su paso.
Podría alguien sentirse ofendido por su esencia al haber alcanzado esa plenitud en la sencillez, en el silencio, en el amor a sí mismo. La diferencia entre consciente e inconsciente es que el primero, decidió un día dejar atrás un ritmo marcado por unas normas que le hacían consumirse y optar por su bienestar, por cuidarse, por avanzar sanamente en su crecimiento desde su interior para desde esa vibración, ayudar y compartir con otros seres que así lo necesitasen.
¿Ya te has parado a pensar en ti y en qué quieres ser, si consciente o inconsciente? Solamente decídete, acepta y cambia.
Siempre enAmor Agradecida ©AsunAdá
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