Realmente, entendamos o no, cada uno traemos un proceso para sanar matices, heridas de otras vidas, o de la saga familiar. También podemos haber venido a ayudar en el camino a otros, y para ello podemos haber tenido que hacer cosas, que se escapan a nuestro entendimiento y gusto.
Pero sí, en su tiempo acordamos hacerlo y, dadas las circunstancias adecuadas, hemos de comportarnos como tal.
Pudiera ser que seamos incomprendidos por otros, o tal que a la inversa. Puede ser que no entendamos lo que otros hacen. Reacciones ilógicas para nosotros pero, que en verdad desconocemos el propópito de esas decisiones. Los caminos son abstractos para quiénes no los están recorriendo, incluso en ocasiones para los mismos que hacen, sin saber conscientemente los porqués.
Nada escapa al Mayor Bien de los Seres
encarnados en una vida humana.
Tanto tú, como ellos, como yo, venimos con un Plan de Vida, unas herencias entre la familia álmica y el propio reencuentro con nosotros, por eso, hemos de hacer nuestra labor del mejor de los modos.
Ser cada vez más conscientes del camino, y avanzar para desarrollar la mejoría de nuestra Alma.
Aunque otro, no nos entiendan, tampoco podemos juzgar aquello que no comprendemos, o que simplemente desconocemos.
Las lecciones de la vida son infinitas, no juzgarlas y aceptar que en toda experiencia hay algo que aprender, es primordial.
Cada movimiento puede resultar complejo, doloroso al verlo. Con todo, los procesos son personales y perfectos para el Ser que así lo ha pedido, y aceptado fuese antes de encarnar.
La compasión hacia ellos, hacia ti y cómo lo experimentas, te ayuda a entender, que la vida son decisiones individuales en la totalidad del Universo.
Descubre más desde Asun Adá
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.