Cuando el comienzo es el fin. Algo nubla la incertidumbre que existe como primer contacto tras el cual, la existencia puede ser, o, simplemente dejar de ser.
Podríamos dar vueltas sin alcanzar un objetivo.
O podría ser que ese contínuo caminar fuese en círculo con el fin de ir y volver sobre unos pasos a través de distintos momentos y, llegar al punto de salida que sería a la vez el de llegada.
También se puede tratar de avanzar en un propósito de dar vueltas trazando el sentido de, aún sin conocerlo, alcanzar a ese lugar en que crees sea el punto final en que dejar de avanzar es el modo.
Sea cual sea tu manera de transitar en la vida es fantástico si lo haces desde el conocimiento de tu verdadero yo, ese que te dice por dónde has de ir, dónde o cómo eres feliz, y que solamente él te regala entre sonrisas la sinceridad que se aúna en tu alma.
De nada importa posicionar tu lugar a otros haciéndoles creer que es la mejor, o única, opción cuando al igual que tú, cada uno de nosotros traemos unas formas y lecciones que dan sentido a nuestras vidas.
Siguiendo el hilo de lo comentado desde el principio de estas letras, comenzamos el final del mismo modo que finalizamos el comienzo. Lo que para uno es salida, para otro es final y como tal a la inversa, con todas las posibilidades que el libre albedrío nos ofrece.
Siempre enAmor Agradecida ©AsunAdá
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