Experimentas y avanzas.
Te permites pararte a descansar, también a pensar en el propio camino o en las alternativas posibles.

Son esos los pequeños misterios, de la grandeza de la vida, cuando en ese instante te detienes a observar y ves la respuesta ante ti. Ya estaba, pero no la veías, no la hacías consciente o, simplemente no era aún el momento.

Una gota de agua se derrama cuando llueve. Da vida y a la vez ahogaría. Todo, en su momento concreto, según sean las necesidades de cada instante.

Así es la belleza de la vida, efímera y existente sin que en muchas ocasiones se aprecie como tal.

Canalización 🤲🏻 ©AsunAdá enAmor Agradecida

Descubre más desde Asun Adá

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *