Aunque no siempre sucede todo tal cual hemos pensado, o soñado, podemos tener la sensación de estar bien, de sentirnos amados por la propia experiencia. La vida se sucede día tras día. También podríamos sentirnos desdichados, <<{ Continúa }
Te dejas llevar por tanta labor, que, aún no olvidándote de ti, de quién eres, caes en el pensamiento del rencor, hacia ti mismo. Es sencillo caer en pensamientos tristes, en culparnos de lo hecho, o de lo{ Continúa }
Experimentas y avanzas. Te permites pararte a descansar, también a pensar en el propio camino o en las alternativas posibles. Son esos los pequeños misterios, de la grandeza de la vida, cuando en ese instante te detienes a{ Continúa }
Si te detienes a mirar, puedes ver, observar detalles que la naturaleza, o la propia vida en sí, te brindan. En todas partes y momentos, podemos descubrir ese guiño que nos regala una sonrisa, porque nos despierta la{ Continúa }
El ruido de tu mente alimenta el malestar de tu cuerpo. Podría ser que no lo hagas consciente pero, cuánto más vueltas das a las cosas, más te lías entre ese submundo. Pasa generalmente a muchos, pues hacemos{ Continúa }
¡Amar la Vida! Pareciera una utopía pero, en realidad, es la mínima distancia entre uno mismo, y el Todo. La unión del sentimiento más pequeño que puede albergar el corazón, al tratarse del encuentro con la propia{ Continúa }
Que cuando quieres algo, puedes lograrlo, tienes que tenerlo interiorizado. Sólo es de ese modo, que la vida se muestra ante ti. Das vueltas pensando en que o cómo hacerlo y, cuando te olvidas de buscar, aparece la{ Continúa }
Tener el poder, es poseer el don. Es saber mirar y tener, aquello que habla, sin decir nada. Pareciera una falsedad, o un mito pero, l realidad es que el presente se viste de los colores que quieres{ Continúa }
Saber que puedes, es ser consciente de que haces, en todo momento, aquello que sientes nace de ti. Cuando sucede este equilibrio en ti, por más que pueda ser el caos cercano a tu vivencia, nada atormenta a{ Continúa }