Somos nosotros los que bloqueamos una situación que nos causa dolor. 

Cuando nos pasa un acontecimiento en la infancia puede resultar confuso para nuestro niño. 

Creamos la idea de que hemos hecho algo mal y de que ese es el motivo por el que nos ha sucedido “lo que sea”. 

Nos bloqueamos, cuando una situación nos causó dolor y por eso, la hemos bloqueado en nuestros recuerdos, hasta que reaparece.  

Por otro lado, incluso de adultos, seguimos creyendo en ello.

Hemos crecido sintiendo como una realidad, el hecho de que fue efecto de una causa creada por nosotros, aunque verdaderamente desconocemos el motivo que la produjo, o si fuimos víctimas de tal experiencia. Pero estamos convencidos de que con lo vivido, se esconde que tenemos la culpa de ello, de haber cometido un acto por el cual somos merecedores de esa situación.  

Si las heridas de la infancia no se sanan, cuando uno llega a la edad adulta, estas siguen causando estragos cada día, aunque la no conciencia esté en la vida diaria, ya que no depende de ella para su aparición. 

Aquello a lo que no sabes cómo hacerle frente, lo que no resuelves porque no sabes cómo salir de ello, o por dónde encaminarlo, pudiera ser que venga de tu infancia, incluso  del tiempo de gestación…

Sabes que el ADN así como los ancestros, tus vidas y lo que experimentas te acompaña para el camino de aprendizaje y reconocimiento.

Mensaje Espiritual Canalizaciones por Asun Adá Gracias por compartir sin modificar #enAmor


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