Dar pasos,
con la intención de avanzar
De hacerlo en compañía,
en la tuya
propia
o en la de nuevas almas
que te encuentras
Con las que te cruzas
en ese ir y venir
del instante.
Eliges el momento para el paso sin determinar cuándo va a ser, y entonces, algo hace que te detengas, y piensas en qué va a ser cuando dejes de ser, tal y como eres.
Aunque nunca estás en la absoluta soledad, el cómo te sientes en tu vida, depende de ti.
Moverte por el entorno que tienes, es cuestión tuya, de elegir.
De decidir.

Y sí, sobre todo, puedes transformar el sendero, si das pie para elegir con calma cada paso.