Se dice, que recoges lo que has sembrado.
Y así suele ser en el campo, y en la vida en general.
Todo ello, de la mano de que en ocasiones, te puede parecer que esto no es así, es más, incluso puede que sientas que justamente, se trata de lo contrario.
Pero no, es tu pensamiento el que se equivoca.
Porque sí, te das cobijo ante el mundo que creas, y que existe porque tú lo quieres.
Sí obtienes lo que pides, lo que deseas, aquello en lo que te enfocas. Porque eres tú, a título personal, quién crea lo que vive. De nadie, más que de ti, dependen tus pensamientos, esos creadores de los caminos de la mente que cree y crea.
Así, con esta reflexión, ponemos el cierre a este maravilloso mes.
Lo hacemos de un modo muy especial, con un broche de oro para dejarlo en el recuerdo, en el presente, en el siempre, en este camino en que estamos, y así, se expande la luz.
El solsticio se abre ante ti.
Como esa luz que es la Divinidad, que eres también tú, porque ella habita tu cuerpo, y da forma a la esencia, al Ser que eres.
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