El placer de hacer

De poco sirve realizar actos o hazañas, si el empleo son los pensamientos.

Si no lo haces, desde el corazón.

Y sí, la cuestión, claro que es llevarlo a cabo para concluir con el propósito.

Tampoco sirve hacerlo de cualquier manera.

Porque aquí, no todo vale.

La clave, es hacerlo entregándote por completo. Poniendo el propósito y el amor.

Porque sí, cuando no esperas algo a cambio más que compartir tus labores y la propia ayuda o colaboración, la recompensa es la dicha. Cuando eres desde la humildad. 

Vivir desde la gratitud todo lo puede.