A veces, estamos tan metidos en el papel de autosuficiencia y de empoderamiento, que se nos olvida el contacto con el resto de personas.
Y también en esas situaciones en las que está genial ir de la mano de alguien, a modo de compañías del camino.
Porque todos tenemos unos aprendizajes que hacer, y sí, hemos de avanzar de modo personal y muchas veces en solitario pero, ¿por qué no aceptar un consejo o una opinión personal de alguien?
Verdad que te gusta cuando te dicen si algo te ha salido genial, o si te sienta bien ese look que llevas, el nuevo corte de pelo o si te ves feliz.
¿Acaso me dirás que no te agrada que esa persona que tienes como pareja o tu gran amiga o amigo te muestren su cariño?
Porque aunque creamos que se presupone que lo han de hacer, nadie tiene la obligación de decirnos algo al respecto, y sí, puedes empezar tú, por ti, a decirte todo lo grande que eres.
¡Para qué esperar a alguien más!
Empieza a demostrarte aquello que eres, lo que has logrado.
Siente en ti esa dicha por todo cuanto eres.
Y luego, dile a alguien especial lo que representa para ti, lo que te aporta o lo que te hace reír.
No esperes a que otras personas te den, aquello que tú no te das, y tampoco lo que no das. Como es fuera es dentro…. El equilibrio entre el dar y el recibir sana al Alma.
Pregúntate y respóndete, si tú te das lo que esperas otros te aporten.
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