En casi todo lo que experimentas, nada es personal.
Bien es que cada quién, termina llevándolo a un territorio en ocasiones complejo y con mucho por lo que trabajar para liberarlo.
Podríamos estar cada día, o a cada instante, llorando por lo que creemos un ataque personal de otro ser que tenemos delante.
Esto, indistintamente de si se trata en formato sensorial o virtual.
Y este sería un modo de vivir, o casi podría decir que de sobrevivir. Hacer que la vida sea, que pase por ti, mientras tú no pasas por ella.
Porque cuando te aferras a las ideas o cuestiones de otros, no eres libre.
Tomar acción en los pasos que das es un detonante para estar contigo, para confiar en tu buena estrella y confiar. Se trata del arte magnífico de vivir.
entregarte a la existencia de la experimentación de la vida provoca un querer más. Llenarte de fuerza, de valor para seguir caminando hacia aquello que quieres lograr, en lo que te enfocas y pones atención e intención. Porque la vida va de eso, de estar plenamente contigo, y el resto, va llegando desde esa manera de sentir el proceso de estar aquí y ahora.
¿Vives la experiencia que te pertenece?
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