Es tan importante el silencio contigo, como el encuentro que se produce entre tus sentimientos, y aquello que sueñas.
Porque aunque no lo creas, todos van de la mano.
Uno se acompaña del otro, para darse forma.
Somos independientes, libres en los quehaceres, pero lo que manifestamos es reflejo de lo que habita en nosotros, ya sea oculto o abierto al mundo.
No nos cansamos de repetir que: eres creador de tu realidad, te guste o no, tú eres quién puede decidir el tomar las riendas de su vida, o dejarla en manos ajenas.
Hace tiempo te diste la oportunidad de creer en ti, pero lo dejas pasar. Dices que sí, que lo haces, pero a la primera de cambio, cuando las cosas se ponen feas, o así las ves tú, sales corriendo y te ocultas dejando fuera, la fe hacia ti mismo.
Haz que ya, sea una realidad.
Siéntete con el valor y la fuerza característica, de quién obtiene sus objetivos, y entonces, verás cómo todos tus sueños, se van haciendo realidad.
Si tú crees, el Universo sabe que ha de ser así, y lo estarás manifestando en tu realidad. Cierto que cuando se trata de otras personas por medio, todas las partes tienen tanto que ver en el resultado, como en el propio proceso de los aprendizajes.
Sé coherente contigo, te debes a ti para verte como el maravilloso Ser que eres.
¿Cómo vas a lograr lo que quieres, si ni tú crees, que lo alcanzarás?
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