Parece tan obvio, y sin embargo se nos olvida.

La cuestión de experimentar la vida, es el constante respirar, que nos da tregua a la propia existencia.

Es concedernos el tiempo necesario, antes de, tal vez, ahogarnos en las labores diarias. 

Porque son  muchas las distracciones, seguro que sí, pero también requieres de establecer el límite donde poner el “hasta aquí” en los frentes que has abierto a la vez. Todos al mismo tiempo. Y pretendiendo hacerlos todos juntos, y terminar lúcido tras ello. No siempre resulta así.

Los descansos son tan necesarios, como los momentos de expresión de esa inspiración que te llega y que rápidamente has de expresar.

No importa si es tiempo de vacaciones o no, de hecho, es algo que no deberías dejar para otro momento, pues puede ser clave en muchos de tus procesos y bloqueos.

Te mereces el equilibrio que buscas, y que obtienes, cuando eres coherente en tus decisiones, haciendo caso al sentir de tu cuerpo.

La voz que siempre te acompaña dice que todo está bien, cuando tú lo estás, y que nada escapa a tí, si es que te pertenece.

Concédete pues la calma, que te ayudará a reconocer los pasos, antes de que decidas darlos.

Disfruta un ratito contigo, en silencio mientras sientes la voz de tu cuerpo.

 


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1 comentario

  1. Querida amiga, como siempre tan acertada en tus reflexiones, ¡Gracias”

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