Te gusta dar opiniones sobre lo que ves, de lo que tienes frente a ti.
Y poco te gusta escuchar cuando otros, se refieren hacia ti.
Ponerse en el lugar de la persona que tienes enfrente no siempre es sencillo.
Las circunstancias individuales, son diferentes, de hecho, ni tienen parecido, aunque nos digamos que sí. Pensar que hay más personas simplemente hace que te sientas mejor, porque te reconoces acompañado en el proceso, no eres el único que pasa por ello, claro que puede suceder lo contrario, que seas de las personas que creen que lo suyo, siempre es peor o mejor, según la dedicación de la circunstancia, y por consiguiente te creas más importante que el resto.
No estamos aquí para hablar de las opiniones que das gratuitamente, ni de cómo te tomas las que te dan a ti. Nos importa siempre lo interno, no lo ajeno.
Deja de buscar fuera y confía en la voz de tu interior.
Por eso te decimos todo esto, para que puedas darte cuenta de que eres capaz de pararte a ver lo de otros, mientras que lo que haces, es escapar de ti.
Hacerse valer, o que otros te vean, empieza por esa dedicación personal de aceptarte. Sin este crucial matiz, no lograrás ser al mundo, y tampoco sentirte en él. Y si logras algo, ten por seguro que apenas será una parte de ti, de todo el Ser que eres y que te habita.
Si sigues buscando algo que te falta, empieza ya a mirar dentro de ti, sino, jamás alcanzarás ese estado de despertar, donde eres consciente de que todo lo que quieres,ya está en ti, has de reconocerlo para poder verlo, sentirlo y saberte amado.